En la actualidad nos encontramos ante el reto del crecimiento en la demanda de servicios de salud por parte de la población. Lo anterior es reconocido por una de las firmas de consultoría económica más importantes del mundo, la compañía Deloitte, la cual publicó en octubre de 2011 su estudio sobre los consumidores de servicios de salud en México.
En este estudio Deloitte cita “…. a pesar de que el 86 por ciento de la población tiene acceso a servicios de salud, ocho de cada diez consumidores consideran que el sistema de salud mexicano tiene diversas áreas de mejora, tales como menores tiempos de espera, mejor acceso a los servicios, mayor disponibilidad de medicamentos, optimización en la atención a pacientes o programas dirigidos hacia el bienestar de la población.”
Todos estos puntos tienen que ver con la administración de los servicios de salud que nuestro país ofrece a través de las múltiples instituciones tanto públicas, como privadas, que gestionan la atención médica y de oferta de servicios e insumos para la salud en nuestro país.
Por lo que se requiere personal administrativo que debe de tener el conocimiento pleno de lo que implican las normas mínimas de cuidado a la salud, en lo relativo al manejo de los insumos y de la infraestructura que tanto la ley general de salud, cómo las normas técnicas de referencia clínica hacen mención, y que se requiere personal de apoyo al equipo de servidores clínicos (los que dan el servicio de salud directamente a los pacientes, a través de una acción médica, dental, de cuidado de enfermería, o de consulta por el profesional de la salud de nutrición, rehabilitación o cualquier otra rama de las ciencias clínicas).[i]
Estos expertos de la salud apoyan directamente a las instituciones donde desempeñan sus servicios profesionales a través de acciones NO CLINICAS, con las que dan un sustento eficaz y seguro a los prestadores de servicios clínicos, y a los usuarios que son los pacientes y sus familiares que acuden a recibir servicios a las instituciones prestadoras de los mismos, esperando recibirlos con la mayor calidad y calidez posibles.
¿Qué México deseamos para nuestros jóvenes? ¿Estamos dispuestos a innovar nuestras instituciones? ¿Tenemos el valor de mejorar nuestro sistema con cambios estructurales que nos permitan preparar mejor a los que proporcionaran los servicios administrativos y de gestión en las instituciones de salud de nuestro país?
Estas son algunas de las preguntas que a diario nos hacemos los que directa o indirectamente estamos vinculados con el liderazgo académico de nuestra nación. En la educación y la formación de los cuadros de los nuevos profesionales de la salud está el éxito o el fracaso del futuro del sistema de salud mexicano.
Animados por el optimismo propio de la juventud hay que ir en pos de la innovación en la formación profesional, tratando de ofertar carreras y opciones terminales de alta calidad para preparar, modernizar y mantener al día a la gran cantidad de profesionales de la administración de los servicios de salud de México.
Estamos con el ánimo esperanzado de que esta muestra de visión a mediano y largo plazo, enriquezca el medio universitario mexicano, invitando a muchas más instituciones de educación superior a que se sumen al gran esfuerzo que requiere nuestro país por formar mejores cuadros de profesionales de la administración y dirección de nuestras instituciones de salud.
