Toluca, Estado de México, Reporte5.com- Hace 32 años a Mercedes Garcilazo, maestra jubilada le diagnosticaron hipertensión arterial y diabetes a consecuencia del estrés y la mala alimentación. A partir de ese momento, su estilo de vida tuvo que cambiar.
“Cuando a mi informaron que estaba enferma, pensé que iba a morir. Con el paso del tiempo, entendí que estas enfermedades crónico degenerativas yo misma las había provocado al no alimentarme bien y vivir bajo un estrés laboral. En ningún momento, se trató de un problema genético”, explica doña Mercedes.
La hipertensión arterial es una enfermedad cardiovascular, caracterizada por la elevación de la presión sanguínea en las arterias que puede desencadenar problemas de insuficiencia renal, lesiones en la retina, pérdida del oído y problemas circulatorios, entre otros.
Al conmemorarse el Día mundial de la hipertensión arterial, informa que la Organización Mundial de la Salud, reafirmó que cada 14 de mayo, se busca concientizar a la población para prevenir esta enfermedad que afecta la tercera parte de la población en todo el mundo.
Por su parte, Carlos Rodolfo Mendieta García, médico adscrito a la clínica Alfredo del Mazo del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM), explicó que la presión arterial en los adultos mayores puede tomarse hasta 140/90; en el caso de los adultos jóvenes 110/80; mientras que en los niños en edad preescolar hasta 90/50; en los escolares de 100/70 y en los adolescentes de 120/80, que es la presión ideal.
Explicó que la presión arterial alta es conocida como sistólica, en tanto, la presión arterial baja se le denomina diastólica. Por lo que recomendó a la derechohabiencia realizarse una revisión periódica e indicó que actualmente las mujeres son quienes desarrollan más está enfermedad a consecuencia del estrés, el medio ambiente y la alimentación. Informó que “los problemas económicos, laborales, familiares y sentimentales también influyen para que se eleve la presión arterial”.
Especialistas del sector salud, exhortan a los pacientes que presenta esta enfermedad a realizar ejercicio físico, evitar el consumo de sal, beber 2 litros de agua al día, disminuir los carbohidratos, evitar comer carne roja y embutidos; y sobretodo, comer frutas y verduras.
Mercedes Colín García, actualmente instructora de activación física del ISSEMyM, afirmó que gracias al ejercicio y a una alimentación balanceada su vida mejoró. Ahora a sus 73 años de edad, ha logrado controlar su presión arterial alta y sus niveles de azúcar en la sangre.
