LATIDOS CULTURALES//Importancia del Pensamiento Positivo

Hace mucho tiempo atrás dijo el filósofo griego Epícteto: Somos lo que pensamos y con nuestros pensamientos creamos el mundo que nos rodea. O sea que nuestra vida está regida por nuestras propias creencias, ellas son el cristal a través del cual vemos el mundo. Cada uno de nosotros adaptamos nuestra realidad a las creencias que tenemos, para hacerla coincidir con ellas. Por ejemplo: Si parto de una creencia negativa: no me voy a acordar de lo que estudié en el momento del examen, me va a ir mal; luego, mi conducta a la hora de ir a rendir va a responder automáticamente a esa creencia y por ende voy a estar en el examen temeroso, dubitativo, bloqueado por el miedo; entonces, puede que pase lo que pensé: no puedo responder a las preguntas porque el miedo me paraliza o me hace olvidar de todo y ¡me va mal!. Este resultado refuerza mi creencia y esta creencia -a su vez- refuerza mis futuras conductas ante los exámenes. Hasta puede aparecer un miedo anticipatorio por la creencia: como me va a ir mal, mejor la próxima vez no me presento.

Sistema de creencias flexible

En principio, nadie puede juzgar a una creencia por cierta o falsa. Siguiendo con el ejemplo, no puedo saber con exactitud si me va a ir bien o mal en el examen. Se necesita de la experiencia para comprobarlo, es decir: Ir y rendir, y despojarnos de la creencia negativa.

Es por ello que a la hora de enfrentar una situación cuyo resultado creemos será negativo, es necesario, y muy importante, que pongamos en duda nuestra creencia más profunda, nos demos cuenta de que esta creencia negativa podría estar limitándonos y haciéndonos perder de antemano la posibilidad de que nos vaya bien.

Por ejemplo, hay quienes creen que nunca podrían vivir solos y sienten total dependencia hacia su pareja; sin embargo, al quedarse solos comprueban que sí pueden seguir adelante, aún con la ausencia de aquella persona tan importante. Conclusión: Lo bueno es vivir con un sistema de creencias flexible, teniendo en cuenta que lo que vivimos nos puede cambiar lo que pensamos y lo que pensamos influye sobre lo que vivimos.

 Pensamientos que lastiman

Ciertos pensamientos erróneos, que derivan de las creencias dañinas que tenemos arraigadas, nos despiertan una serie de emociones que nos causan gran sufrimiento. Estas emociones son: la angustia, el enojo y la tristeza. Pero, ¿cuáles son los pensamientos que nos las provocan?: pensamientos rígidos e inflexibles de injusticia, peligro y de pérdida.

ANGUSTIA

– Surge por peligros que imaginamos y perturban nuestra mente, poniendo al cuerpo en guardia, preparado para luchar o salir corriendo (respiración agitada, inquietud).

– Se combate sabiendo que cuando surge un peligro real, el organismo se olvida del miedo y se concentra en afrontarlo. No nos sirve de nada, entonces, preocuparnos de antemano y vivir en alerta antes de que ocurran las cosas.

Debemos ocuparnos de ellas cuando llegan.

ENOJO

– Surge cuando sentimos que no nos tratan de la manera adecuada, cuando creemos que alguien está siendo injusto con nosotros o nos está lastimando a propósito.
– Frente a los actos dañinos, hay quieres se sienten dolidos y quienes le son indiferentes. Cada uno decide si se deja ofender o si realmente no vale la pena que aquello le afecte.

PÉRDIDA

 – Surge cuando pienso que he perdido una persona (como una pareja) o un objeto (la billetera, por ejemplo), entonces aparece la tristeza que nos deja en un estado de inactividad mental.

– Se combate recordando que nada es eterno ni imprescindible y que, por lo tanto, no tiene sentido aferrarse en exceso. Y sabiendo que ciertas cosas y sobre todos las personas- no nos pertenecen, por lo tanto no es que lo hayamos perdido, sino que sólo dejamos de disfrutarlo.

“CONTROLÁ Y REGULÁ TUS PENSAMIENTOS, ELLOS INFLUYEN DIRECTAMENTE SOBRE TUS CONDUCTAS”.