KIEV.- Este lunes una oleada de misiles han caído sobre territorio de Ucrania como represalia de dos ataques, supuestamente realizados por este país en lo profundo del territorio Ruso.
Engels y Riazán, dos bases aéreas que los rusos han utilizado para enviar ataques aéreos a Ucrania, sufrieron duros golpes dejando como resultado tres muertos y cuatro heridos, más daños materiales. Los aeródromos, localizados a unos 600 kilómetros de la frontera con Ucrania se encuentran a pocos kilómetros de la capital, Moscú, por lo que analistas ven en este hecho un giro inesperado de la guerra.
Los ataques a las bases rusas son una advertencia de que Ucrania ya cuenta con la capacidad para realizar incursiones a territorio ruso, inclusive, opinan expertos, Moscú podría convertirse en un blanco, lo cual significaría que Rusia ha perdido el control de la situación y evidencia las fallas en sus sistemas de defensa.
Rusia ha utilizado el invierno como arma para bajar la moral de los habitantes de Ucrania, ya que la mayor parte de sus ataques se han concentrado en estructuras estratégicas de energía y centros civiles. Sin embargo, el gobierno ucraniano ha mencionado que de aproximadamente 70 misiles que Rusia ha enviado a las ciudades ucranianas este lunes, 60 de estos han sido derribados con los nuevos sistemas antimisiles con los que el país ya cuenta.
De acuerdo a expertos, esta nueva capacidad de Ucrania para atacar objetivos militares en lo profundo del territorio ruso, implicaría que las bases militares cercanas a la frontera con Ucrania estarían en peligro, por lo que, si estos ataques se repiten a largo plazo, los rusos se verían obligados a alejarse de la frontera con Ucrania y el funcionamiento de las bases aéreas se vería afectado.
Tras el retiro de los rusos de zonas ocupadas, Bajmut se ha convertido en el foco de los ataques rusos con el consiguiente sufrimiento de la población civil.
