REFLEXIONES// ¿Dónde comienza mi futuro?

Hace tiempo haciendo compras en un mercado, me percate de una mujer que llevaba consigo cuatro niños de diferentes edades 2,3,4,6 años aproximadamente, noté que el niño mayor había tomado unos dulces de un puesto que también vendía juguetes, los escondió en su pantalón y así se retiró, lo seguí con la mirada pues el se dio cuenta que lo había visto.también observé que la mujer no era su madre sino su tía, porque así la nombraba, ella notó la actitud sospechosa de su sobrino y atino a a expresarle ¡enséñame que traes en la bolsa!, el niño con cara de sorpresa volvió su rostro a mi, y ruborizado sacó los dulces que había hurtado.

Le seguí con la mirada y no se sí fue esta acción o la conciencia de esta mujer, que inmediatamente lo tomo de la mano y los obligo a ir donde el puesto, y mientras caminaba le regañaba, haciéndole ver que estaba mal lo que hacia diciéndole:  ¡Porque no me dijiste que querías un dulce!, ¡esto se llama robar!, y en este momento te vas a disculpar y vamos a pagar lo que tomaste.

El niño, por su parte suplicaba diciendo: no tía, no, no le vayas a decir a mi mamá, y bueno la mujer, a mi parecer hizo lo correcto.

En otra ocasión, vi como una madre de familia entraba a la tienda con una niña de aproximadamente 8 años, estaba enojada, diría yo enfadada, obligando a su hija a pedir disculpas por un pastelito de chocolate que había sustraído de la tienda.

Y un tercer caso es el de una madre que encontró un lápiz que ella no le había comprado a su hijo, esta madre enfadada, le pregunto: Dime ¡de quién es este lápiz!, el niño temeroso le contesto que la mama de su amigo se lo había obsequiado, la madre inmediatamente fue a preguntarle a la mamá de su amigo, la cual le afirmo, sin embargo también le comento que había tomado otro que no le había obsequiado.

Esto fue motivo para que le propinará una buena paliza, advirtiéndole que además se lo guardaría como un recordatorio de ¡yo no tengo hijos ladrones!, añadiendo,¡te lo guardare hasta que seas grande!Y así lo hizo.

Aquel joven creció con el recuerdo de su acción generando en el una actitud sana, pues fue tal la experiencia que jamás  tomó  lo  que no le pertenecía, llegando a desarrollar su profesión como un hombre recto en las cosas que  ejercía.

¿Dónde comienza la delincuencia?, ¿donde nacen los delincuentes? ¿Acaso se hacen o nacen?

Es cierto que todos desde que nacemos vamos adquiriendo características, actitudes, aptitudes, así como hábitos y costumbres de quienes nos educan y que también influyen las personas ajenas a la familia ( lo que es padre, madre y hermanos), tales como primos, tíos, amigos, vecinos, de manera indirecta, así como lo que escuchamos y vemos en ellos.
Cuando un padre o una madre de familia se percata que su hijo tiene un lápiz, un color, una goma, un sacapuntas, o una pluma que no le compró es de pensar que le preguntará ¿de quién es?, si su hijo afirma: es mío, y el padre o la madre no le indaga para obligarlo a devolver aquello que tomo, esta fomentando, aprobando y consintiendo que lo que hizo esta bien de tal forma que le crearán en su vida el hábito a tomar lo ajeno.
Por otro lado está la falta de principios y valores que no se enseñan en casa, pretendiendo que las instituciones hagan esa función.

Muchos dirán: que exageración, si son niños, son travesuras, no pasa nada, déjalos. Otros pensarán que fue la pobreza lo que lo llevo a tomar aquello que no podía comprar, o tal vez deseaba eso que su compañerito llevaba y que papa no le proporcionaba, en fin ejemplos habrá muchos.

La falta de corrección en casa genera actitudes diversas en los niños, una de ellas es el delinquir en complicidad de unos de los padres.

Otra cara de la vida

Autor: mava loztru
Argelia L. Trujillo