REFLEXIONES// El amor y la rutina

Las lágrimas se encontraban atoradas en su garganta, de tal forma que la hacían enmudecer.  Apretaba los dientes de rabia para entender qué paso. Al parecer llevaba muchos días llorando, sus ojos estaban hinchados con las ojeras inflamadas y resecas.

La observe por varios minutos y por momentos su pensamiento se fugaba como si viajara en otra dimensión, tardando en reaccionar. Me di cuenta que de vez en vez le llamaban por su nombre y ella volteaba, más al ser interrogaba fingía estar bien, quizás podría ella pasar desapercibida a los ojos de los demás, sin embargo para quienes hemos contemplado el dolor de cerca, no.

Las lágrimas se disimulaban muy bien porque se encontraba dentro de una alberca, en la quietud de la tarde lluviosa, pero con aguas calientes parecía relajarse para contener el llanto.

A ratos, un hombre delgado y de mayor edad le dirigía la palabra pero conservaba su distancia. En otro momento, ella se alejaba mientras se trasladaba a una alberca continua de forma silenciosa y sutil.

Estimado lector, los años de matrimonio o convivencia pueden llegar a ocasionar monotonía y costumbre. La vida cotidiana se encarga de encerrarnos en una rutina que edifica sus cimientos durante 10, 15,20, 30 ó 50 años.

Derribar esa rutina y costumbre, donde ya no existen detalles que unió a la pareja lleva un periodo largo, sobre todo si realmente se desea permanecer. No existe una varita mágica que al son de unas palabras cambie la relación. Ni Dios puede arreglar el asunto, si el matrimonio o la pareja ya no desean estar.

Una relación más allá de cultivar su permanecía, lo primero que necesita es querer, tener voluntad y animo de amarse y aceptarse. Tal y como son, con su individualidad. De otra forma no podrán ofrecer lo que no les pertenece.

Si se tiene amor, amor se dará. Si hay pasión, pasión se ofrecerá. Si hay costumbre, costumbre imperará. Al final  usted tiene la última palabra para decidir qué tipo de relación quiere. No dejemos que la vida se esfume entre las manos. Aprovechemos cada minuto de nuestra existencia para ser felices.

¡Esta es la otra cara de la vida!