REFLEXIONES//Mi salud es mi responsabilidad

Un día cuando estaba en el hospital en el área de medicina interna, se acercó a mí una joven en una actitud de niña para decirme que fuera a ver a su padre, le habían diagnosticado cáncer de estómago, no era mi paciente en turno, sin embargo, la acompañe. Tomó mi manó la puso sobre el abdomen de su padre que había estado con vómitos constantes. En ese momento observe como se sintió atendida y consentida.

En otra ocasión,  había acudido a cobrar mi quincena, cuando de pronto sentí la necesidad de dar una visita por el área de medicina interna. Buscaba a Lucy, una paciente que había atendido. Sin embargo ya no estaba en su cama, pensé quizá la dieron de alta. Me dispuse a retirarme cuando de momento su esposo me intercepto y me llevo donde estaba Lucy, se encontraba en terapia intensiva, me acerque, le hable al oído y sus lágrimas rodaron, tome sus manos y le hice ver a su esposo una realidad que esperaba pero que necesitaba de alguien para fortalecerse.

Tiempo después en el área de gineco y obstetricia atendí a una joven de 17 años, le habían practicado una cesárea, la asistencia a su tratamiento médico farmacológico se le había dado, sin embargo ella gritaba intensamente aun cuando le habían puesto analgésico intravenoso. Su esposo un Joven alto fornido y con una actitud prepotente, pues se sabía con influencias sindicales, me agredía verbalmente y con postura altanera porque no le quitaba el dolor a su esposa. En tanto, el director del hospital conociéndolo le informó que la paciente había recibido el tratamiento oportuno, por lo que tomó la decisión de llevándoselo a tomar un café. Después de ese momento, el hombre regreso tranquilo y adopto otra actitud.

En otra ocasión en la sierra de Hidalgo llegó al hospital un niño de 8 años de edad por mordedura de un perro con rabia. Sus padres, quizás por ignorancia o desidia, no habían hecho nada por atenderlo hasta que el niño comenzó a dar síntomas alarmantes.

Ya en el hospital el director en turno en coordinación con el director de salubridad inmediatamente decidieron trasladarlo. Me llamaron para que fuera con él en la ambulancia; sabiendo ellos que las posibilidades de salvarle la vida eran escasas. Sin embargo,  insistieron en su traslado. Ya en camino, la agresión mostrada por el niño era evidencia, en parte del desenlace, la sialorrea, el delirio y todos los síntomas desencadenaron su deceso o muerte, obligándome con esto a regresar y notificar para que realizar la  necropsia del cerebro y los estudios pertinentes.

La profesión de Médicos o Enfermeras es sin duda una vocación, una entrega, un despojarse de sí mismo para dar a otro lo que necesita.

Pareciera que cuando se acude a un hospital nadie existe para el familiar más que su paciente, el cual considera que es una urgencia y así debe tomarse por el personal.

Sin embargo encontramos muchos familiares que prefieren ir a urgencias que a consulta externa por el tiempo que tienen que invertir, olvidando que si no es una urgencia como tal se interfiere en la atención a otros que verdaderamente lo necesitan.

Siempre escucho en la calle expresiones terribles sobre médicos y enfermeras, hablan de su carácter serio, su fisonomía sin expresión. Hablan de cómo se muestran enojones, que no son tratados como personas, que no les interesa su salud.

Se que a muchos o ninguno les interesa, pero me pregunto, ¿cuantos han observado sus canas y  arrugas? ¿cuántos han preguntado su edad y darse cuenta que aparentan ser más grande? o si tuvieron una jornada muy larga, en la cual pasaron todas la noche en vela.

Alguien dirá: es su obligación, ¿o no?

Por otro lado,  se quejan de que al personal de salud no le importa cómo se sienten, cuando en realidad y sin justificar, al primero que le debe importar su salud es tanto al paciente como al familiar.

Aquí lo importante es no llevar de urgencia al paciente por un caso de enfermedad general, sino asistiendo a medicina preventiva o consulta externa para cuidados y mejoras de la salud. No esperemos que nuestros síntomas se conviertan en enfermedades crónicas.

Médicos y enfermeras hacemos lo posible por salvarle la vida a un paciente pero tampoco podemos hacer nada más, si cada uno de nosotros no somos responsables de nuestra salud.

 Otra cara de la vida…