¿Y qué conoces tú de estrés? Hay personas que definen al estrés como ansiedad, nerviosismo, angustia, depresión, insomnio, irritabilidad, cambios frecuentes del estado de ánimo, aumento del apetito, disminución o exceso de libido (aumento o disminución del deseo sexual), en fin, tantos conceptos que puede englobar esta palabra.
El estrés incluso lleva una definición por nuestra amiga Wikipedia (del inglés stress, ‘tensión’) “es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante”.
Sin embargo, este concepto no resulta claro debido a que no está tipificado en la clasificación internacional de enfermedades ni en el diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.
Por ello, la única persona que puede definir, explicar y diagnosticar que es el estrés es un médico.
Para ciertas personas este concepto puede caer en el rango de depresión; en otras, en ansiedad, trastornos del sueño e incluso en cambios de personalidad hasta llegar a la esquizofrenia.
Existen test o exámenes diagnósticos para búsqueda de estrés e incluso trabajos de investigación a nivel licenciatura en Psicología y Medicina en la que se estudia este concepto como diagnóstico.
El estrés es uno de los precursores para que se liberen en el organismo sustancias como la adrenalina que genera cambios en el cerebro para que las personas puedan reaccionar, sobretodo en una situación de crisis. El problema es que, cuando es excesivo, los cambios adaptativos pueden ser perjudiciales, principalmente para el corazón, ya que aumentan la frecuencia cardíaca, elevan la presión arterial y la redistribución de la sangre en el organismo.
Recuerda que ante cualquier síntoma del sistema nervioso que derive en lo que conocemos como nerviosismo o “tener nervios” debe ser asistido por un especialista, sobre todo si sufres de antecedentes coronarios
