¿YA SE FIJÓ?//Enseñar historia en la escuela, ¿sirve de algo?

¿Ya se fijó que en los últimos años se ha venido desarrollando un debate entre quienes opinan que enseñar historia en los primeros años de escolaridad no sirve de nada, y los que defienden a ultranza y consideran que casi, casi es un pecado el querer quitar las clases de historia?

Como en todo, considero que hay que conocer diferentes puntos de vista respecto del tema.

La Secretaría de Educación Pública, en el texto titulado “Enseñanza y aprendizaje de la Historia en la Educación Básica”, refiere que: “La enseñanza de la historia es importante por ser la memoria de la humanidad que nos introduce en la evolución de la civilización y los logros del género humano. Este saber ha acompañado a los hombres desde el despegue de su vida, y la memoria de sus experiencias y descubrimientos permite la acumulación del conocimiento y su avance continuo”. Con lo cual coincido plenamente.

Pero…

Y como el mismo texto señala más adelante, “Una razón de que la historia que se enseña en la escuela esté entre las asignaturas más rechazadas, es porque se centra en el relato político y bélico, dando cuenta de cambios de gobierno, guerras y actos heroicos, pero pasando por alto los procesos sociales, económicos, y culturales fundamentales para comprender el complejo histórico”.

El otro asunto a tomar en consideración es el psicológico. Hoy día se sabe que el niño pequeño comprende y luego aprende desde sí y hacia fuera, explico: en los primeros años de escolaridad, en el jardín de niños, lo primero que se ve es el cuerpo humano, se trata de que el niño se reconozca a sí mismo; luego viene el conocimiento de la familia (va creciendo el círculo del aprendizaje); posteriormente conoce su comunidad (siguen incrementándose los círculos concéntricos). Todo ello lo aprende sin mayor problema. Es el aquí y el ahora. Es más, en esta edad que va del preescolar al tercero o cuarto grado de primaria, sin ningún problema puede propiciarse el aprendizaje de la geografía (sigue siendo el aquí y el ahora).

Los problemas comienzan cuando queremos que aprenda Historia. Cosas y hechos que no corresponden con sus procesos mentales de asimilar el aquí y el ahora (insisto). Esta es una de las razones más relevantes que contestan la pregunta habitual de que ¿por qué los alumnos no recuerdan lo que se les enseñó de historia si lo han visto dos o tres veces en cada uno de los grados o ciclos de grados que van pasando?

En muchos países, sobre todo europeos, la historia se comienza a tratar en lo que para nosotros sería el quinto grado, no antes.

Mi punto de vista es que resulta inútil tratar de enseñar historia en los primeros años de escolaridad porque no forma parte de las necesidades psicopedagógicas de los alumnos. Bien podemos comenzar a hacerlo en quinto grado y, además, con un significativo cambio de método, “hoy existe otra forma de enseñar historia, que ciertamente no es nueva, ya que se basa en métodos y estrategias bien conocidas por los historiadores desde hace mucho tiempo, pero que a menudo no han formado parte del bagaje intelectual de la escuela obligatoria. Naturalmente, esta forma de enseñarla requiere presentarle al alumno una serie de conceptos, habilidades y procesos propios de la historia. Quizás una de las perspectivas más interesantes de esta didáctica de la historia sea la que pretende inmiscuir a los estudiantes en los procesos de análisis y de investigación propios de la disciplina. Ello significa enseñar a: Formularse preguntas sobre el presente y sobre el pasado. Deducir hechos, causas o consecuencias elementales. Extrapolar situaciones históricas. Evaluar las informaciones disponibles. Interpretar hechos. Clasificar y contrastar fuentes. Cuestionar situaciones o explicaciones sobre los hechos. Proponer hipótesis. Diferenciar fuentes primarias de secundarias. Diferenciar fuentes auténticas de copias, etcétera.

Si no me cree, pregúnteles a los niños (y jóvenes) que tenga a su alcance, qué celebramos el 5 de mayo.

¿Ya se fijó?