¿Ya se fijó qué es lo que hacen muchos maestros (y padres de familia) cuando un niño o niña golpea a otro u otra?
Generalmente recurren a una de las siguientes 3 opciones:
a) le regañan,
b) le castigan,
c) o le pegan. Algunos llegan a combinarlas y otros, incluso, usan las 3. Y generalmente el niño “pegón”, sigue pegando.
¿Recuerda los estilos de aprendizaje de acuerdo a la programación neurolingüística?
Muy seguramente ese niño o niña “pegón” es una persona cuyo canal preferente de aprendizaje es el kinestésico – táctil. ¿Qué es lo que sucede cuando el educador usa cada una de las opciones anteriores?
Opción a) Le regaña. Le regaña VERBALMENTE: “Niño (o niña) no debes pegarle a tus compañeritos, eso no se hace, ahora que venga tu mamá te voy a acusar con ella, etcétera, etcétera”. Por regla general esta opción NO funciona. ¿Por qué? Porque el niño kinestésico no aprende escuchando, luego entonces; no escuchó todo lo que le dijiste.
Opción b) Le castiga. Dependiendo del castigo, supongamos que le pone a leer el reglamento donde está escrito que debe portarse bien y respetar a sus compañeritos. Por regla general esta opción NO funciona. ¿Por qué? Porque el niño kinestésico no aprende viendo. Luego entonces; no se le queda lo que lee.
Opción c) Le pega. Un manazo, por ejemplo, acompañado de la frase “no pegues”. ¿Cuál es el mensaje que SÍ le llega? Efectivamente; el táctil. Mensaje enviado: pega. El maestro pega, él pega. El niño o niña sigue pegando.
¿Misión imposible? NO.
¿Qué hay que hacer? AMPLIAR las opciones metodológicas, técnicas, didácticas, pedagógicas y no quedarse solamente con regañar, castigar o pegar.
Conocer los canales preferentes de aprendizaje con base en la programación neurolingüística, es una opción más. ÚSELA. Y conocer otras teorías del aprendizaje, por supuesto. Aquí les iremos compartiendo algunas más.
¿Ya se fijó?