Ser un maestro convenenciero es un buen motivante para desempeñarse de la mejor manera posible, tanto en el aula como fuera de ella. Procurar porque todos los maestros y maestras sean buenos en lo que hacen, finalmente, nos conviene a todos.
La educación pretende educar, qué otra cosa si no, pero… ¿qué es educar? Conforme a nuestro apoyo de cabecera, el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, educar es: 1. tr. Dirigir, encaminar, doctrinar. 2. tr. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc…
Me quedo con la segunda acepción: desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales mediante preceptos, ejercicios, ejemplos, etcétera. Ejemplos.
“Maestro tus actos hablan tan fuerte que no escucho tus palabras”.
Vamos por partes. Primero se habla de desarrollar las facultades, no de hacer que aprendan cosas de memoria. Las facultades intelectuales y morales. Luego entonces hablamos de una educación sustentada en valores: Formar hombres y mujeres de bien, en el más amplio sentido del término.
Segundo: a través de ejemplos. Y el primer gran ejemplo es el propio maestro o maestra. El cómo es, el cómo se viste, el cómo se expresa, el cómo trata a los demás, el cómo vive. El qué lee, el qué hace, el qué dice, el qué juega, el qué usa.
Decía mi querido y gran amigo el Maestro Alejandro Caballero (q.e.p.d) que un buen maestro debería llegar a su escuela con un buen libro, un ajedrez y un balón. Y no sólo ello, sino estar leyendo el libro, saber jugar al ajedrez y practicar algún deporte.
De poco y nada sirve el hablar y hablar del deber ser si no se es congruente en el actuar. De los ejemplos se aprende y para ello en muchas ocasiones hay que copiar. Hay que copiar lo bueno hasta de los malos y lo malo ni de los buenos.
El magisterio es una noble profesión, está en nosotros, los docentes, dignificarla y recuperar el importante papel que la sociedad a lo largo de la historia le ha otorgado.
Hay que ser maestros ejemplares.
¿Ya se fijó?
