En columnas anteriores, hemos estado hablando sobre los problemas metabólicos como la obesidad, la hipercolesterolemia, el síndrome metabólico, la diabetes y de trastornos vasculares como la hipertensión arterial, y ahora queremos terminar con estos temas, enfocándonos al evento que casi siempre es el terminal de todos los anteriormente mencionados, es decir que desembocan todos ellos en lo que conocemos como cardiopatía isquémica.
Todos estos padecimientos, lo que van provocando es un paulatino deterioro, estrechamiento y formación de placas de ateromas que disminuyen la llegada de sangre al corazón, provocando el padecimiento de cardiopatía isquémica.
Este padecimiento, también lo podemos clasificar por grados, desde el menos agresivo que es la angina de pecho estable, hasta el infarto agudo del miocardio.
¿Cómo se manifiestan estos distintos episodios?
Bien, la angina de pecho, es un dolor habitualmente detrás del esternón, como sensación de opresión en el pecho, algunos pacientes lo refieren como sensación de tener una carga pesada apretándoles el pecho. Este dolor puede ser pasajero y con el reposo o con algún medicamento se retira. Pero al realizar los estudios correspondientes, se encuentran alteraciones en el electrocardiograma que pueden ser de diferentes formas, uno de los más frecuentes, es la presencia de alteración en el complejo QRS del corazón (ondas normales del corazón manifestadas en el electrocardiograma), o bien algún tipo de arritmia que pueden ser de muy diversas índoles y que los especialistas de cardiología, son los encargados de estudiarlos, clasificarlos e identificarlos para iniciar el tratamiento requerido. Este cuadro es por que disminuye en forma abrupta la circulación de sangre hacia el corazón.
Pero se puede dar el caso de que la circulación de llegada al corazón sea interrumpida total y permanentemente, provocando lo que llamamos lesión y necrosis (muerte de las células del corazón) y dependiendo del grado o la arteria que se encuentre obstruida, el daño puede ser leve o incluso mortal en forma aguda, con muerte instantánea.
En cualquiera de estos casos, se debe considerar como una verdadera urgencia, por lo que de inmediato acudir al servicio de urgencias, donde con un electrocardiograma y la cuantificación de cierto tipo de enzimas en la sangre, se descubre la presencia de la enfermedad.
En los servicios de urgencia al diagnosticarla, de inmediato se envía al paciente a la unidad de cuidados intensivos coronarios y si es dentro de las primeras 4 a 5 horas, se puede introducir una substancia que elimina el coagulo, y disminuye la lesión y la necrosis y puede evitar la muerte.
Es por ello, tan necesario que la gente conozca este cuadro, porque las posibilidades de ayuda en las primeras horas son muy alta y se puede evitar la muerte y secuelas tan incapacitantes que puede traer este padecimiento.
